sábado, agosto 06, 2011

Ciudad de las sombras.



Por: Iván Hincapié Escobar.
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Latinoamérica, una sola cultura, un mundo cultural, en donde su alegría, es su lengua más característica, y su estética que se reduce a sus múltiples sabores y colores, han sido tildados de dependiente y de una casi ausente identidad ante los ojos del mundo.

Estas, pueden llegan a ser crudas acusaciones para una realidad, una imagen, que es tan solo una máscara de aparente debilidad e ignorancia, pero, entonces ¿qué es Latinoamérica?, ¿quién es su gente?, o ¿cuál es su esencia? la respuesta a estos cuestionamientos no la podemos encontrar en la noticias del día a día, o en los diversos artículos de los muchos periódicos que recorren nuestro territorio, y, mucho menos, en la publicidad apoyada por los diversos gobiernos de nuestra Latinoamérica, donde el único propósito de esta publicidad es embellecer vagamente nuestro rostro hacia el mundo, y de esta manera poder promover más fácilmente el turismo a nuestras tierras.

Esto no es ninguna novedad, nuestras ciudades, han estado vendiendo su imagen, gradualmente frente al mundo desde hace algún tiempo, como un modelo, de las mejores pasarelas de moda del mundo neo-liberalista, y nuestros diseños de temporadas se resumen en: bellas playas, adornadas con extensos territorios vírgenes, donde los detalles se encuentran en las extravagancias de nuestra gente y por si fuera poco, la bella imagen superflua el maquillaje que nos otorgan nuestros dirigentes.

A partir de este corto y algo burdo análisis, agregando también, uno que otro concepto común de hoy en día, en cuanto a soberanía global se refiere, podríamos decir que toda esta mentira, o realidad tan evidente, y de cierta forma vergonzosa, está siendo forzada y/o moldeada por ese sistema neo-liberalista. El cual, trata de "impulsar" nuestra sociedad con estrategias muy bien establecidas para un mejor desarrollo de "todas las naciones".
Quizás lo que mejor podríamos resaltar de esas estrategias, es que solo se nos está arrastrando, junto con toda nuestra "inexistente identidad", hacia un abismo,- una real y terrible mentira -, aún más grande que en el que estamos, y la verdad es, que el peligro más grande que podemos enfrentar, es la perdida de lo que hoy conocemos como nuestra verdadera identidad Latinoamericana.

Perdernos, alejarnos de nuestra esencia, o apagar gradualmente nuestra luz, pueden llegar a ser algunos de los nombres que se le podrían atribuir a nuestra degradación gradual, a causa de la presión ejercida por el mundo neo-liberalista, en el que nos movemos a diario. Esta es una amenaza que se presenta ante nuestra identidad, y que poco a poco, ha ido cogiendo fuerza entre las jóvenes mentes que ocupan nuestras calles. Y esto es cada vez más palpable, ya que hoy en día, solo basta con salir a caminar por las calles cercanas a nuestra vivienda para poder notar que las mentes jóvenes están cada vez más encerrados en un mundo superfluo y banal, en el cual llenan su mente de basura, la cual lleva a que tengan un visión del mundo que los rodea, muy distorsionada, al punto de no estar conscientes de esta realidad. Es decir, en pocas palabras, el futuro de nuestra ciudad Latinoamérica, cae en una penumbra de pensamiento.

Toda esta situación tan dramática se podría relacionar de forma muy exacta al mito de la caverna de Platón, el cual nos postula una sociedad que ha vivido únicamente en la oscuridad absoluta de una caverna, a la cual también cada individuo se encontraba encadenado; y lo único que podían divisar del mundo exterior, - el mundo de la ideas -, eran sombras las sombras de la gente que pasaba cerca de la cueva.

Esta oscuridad la podemos interpretar como la ignorancia de una sociedad, penumbra, en la que hoy en día podemos trasladar o aplicar a la sociedad contemporánea de nuestra ciudad, ya que sus mentes se encuentran en la oscuridad de la caverna (globalización), donde sus cadenas dejan de ser de grilletes y metales pesados, y pasan a ser el consumismo y la dependencia de la necesidades artificiales, como lo son las redes sociales.

Pero como en toda sociedad hay un punto de su historia en el cual un individuo se sale de ese concepto lineal de vida, y busca una forma totalmente alterna de realizar su existencia. Este individuó a lo largo de su desarrollo, gradualmente se libera del aprisionamiento de la cueva misma, y al momento de verse libre comienza una travesía para vencer sus miedos y salir de la cueva, para finalmente indagar lo que ve proyectado en las paredes de la misma. Este individuo no acepta lo que le ofrece su realidad y busca la luz al final de la cueva. Platón dentro del mito, toma a este individuo como ejemplo para explicarle a sus estudiantes que es posible llegar a la iluminación, que es posible salir de un línea conceptual ya establecida para hallar una serie de verdades por fuera de lo que se ve a diario en el enclaustramiento mental, dentro de este mito se nos plantea la forma de despertar de esa oscuridad.

No tenemos que ir tantos siglos atrás para encontrar un análisis de este peculiar individuo que sale de la realidad, ese factor aventurero también lo encontramos entre las letras de uno de nuestros ciudadanos, uno de los más sobresalientes a nivel literario. Fue ganador del Premio Nacional de Literatura del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá del 95 y también del Premio Biblioteca Breve de Seix Barral del 2002, este admirable individuo es Mario Mendoza con su factor Ulises en el cual dice:

"El Factor Ulises corresponde a una manera de ser especial, alejada de los otros, con tendencia a los riesgos y a traspasar los límites, introspectiva, aventurera, que no puede adaptarse con facilidad a las reglas comunitarias. Es un impulso que está en todas las personas dormido, agazapado, y que sólo en algunos se manifiesta con la fuerza suficiente como para sacar al sujeto de su rutina, de su vida familiar y social, y lo lanza en pos de una obsesión que no puede controlar. Ese impulso es una mezcla de inconformidad, de necesidad de riesgo, de deseos profundos de ir más allá de lo establecido y conocido, y el que lo padece sabe que necesitará una gran disciplina para no perecer durante su aventura."

A partir de esto se puede decir que aun que la sociedad Latinoamérica este en las sombra, aunque este encapsulada en un círculo vicioso de pensamientos sin sentido, siempre habrá un gremio, un grupo de personas con este factor Ulises, estas personas, que no se encuentra dentro del mundo de la farándula, o dirigiendo nuestros diversos países, estas personas están en las calles, donde pasan por gente del común, pero en realidad son el corazón de la esencia de Latinoamérica, no les interesa ser importantes, porque saben que la vida no está hecha para malgastarla en banalidades, y las características de esta gente nos las muestra una vez más Mendoza dentro del mismo texto planteado anteriormente, y nos dice:

"...Los individuos que logran cumplir estos objetivos suelen ser también solitarios, egoístas, imaginativos y muy necesitados de ponerse a prueba, de examinarse para estar seguros de sus virtudes y de sus falencias. No saben por qué, pero escapan de una vida rutinaria...".
aun así, donde más podemos encontrar este tipo de personas, las cuales también, son la estructura verdadera de nuestra esencia latinoamericana, lo que hace que Latinoamérica sea lo que es a diario, embelleciendo de forma única nuestros paisajes, costumbres y personalidades, esos son los artistas, estos se encuentran en cada una de las esquinas de nuestra ciudad, desde los más lejanos y escondidos pueblos, hasta los andenes más concurridos de las capitales, en el arte, esta nuestra esencia latinoamericana, en nuestros escritores esta nuestro pensamiento plasmado en elegante prosa o en fuertes críticas, y nuestra verdadera imagen la plasman nuestros pintores en cada uno de sus lienzos , llenos de nuestros paisajes y sonrisas ocasionales, en lo artistas también están nuestros verdaderos colores y sabores, y nuestra voz más sincera expresada de la forma más clara posible. Y una vez más podemos encontrar una opinión de Mendoza frente a esto, los artistas. Y nos dice:
"Creo que es posible ampliar esta definición e incluir en ella el arte y la literatura, es decir, el deseo profundo de vivir poéticamente. El artista también sabe desde niño que no encaja en el diseño general y que algo lo llama desde lejos, que algo le exige un viaje, una ruptura, una misión."

Esta necesidad de la artista ha llevado a Latinoamérica a cada una de sus etapas. y aunque esta sea considerada una minoría ante el mundo, y no seamos parte de publicidades, como lo es “vive Colombia viaja por ella”, estamos constantemente articulando un pensamiento, el cual es desinteresado frente al “maravilloso” mundo del exterior que nos plantea el neo-liberalismo, porque en si el pensamiento de Latinoamérica, es el de un sub mundo, algo marginado y subestimado, es en realidad lo que nos hace ser lo que somos, el cual podríamos reducir a solo eso, un pensamiento, pero en realidad es todo un estilo de vida, que aun que un 90% de nuestra sociedad se encuentre entre las sombras de la cueva, el 10% restante está haciendo la diferencia, creando la estructura de nuestra ciudad, escondidos pero no ausentes, en silencio pero no callados, y en donde nuestro pensamiento es la constante búsqueda de tranquilidad y estabilidad con nuestro entorno, dejando de lado lo innecesario, como el internet o las riquezas materiales. Se podría llegar a decir también, que nuestra sociedad de “catatumbas” es pragmática, hasta un poco existencial, pero fuera de nuestro “retraso” frente al mundo, estamos más avanzados frente a conciencia se refiere, y no es la conciencia de un mundo que está lleno de hambre y necesidades, sino de una conciencia de lo necesario para ser felices, seguimos sueños, buscamos caminos diferentes a los planteados y así hallamos de cierta forma una estabilidad.

Dentro de un texto de Mendoza, podemos evidenciar una vez más lo planteado, pero esta vez no es el factor Ulises, es un proyecto de revolución silenciosa y literaria, que lleva acabo Mendoza en su blog personal, donde expone en su más pura esencia su visión de su realidad, este proyecto se titula “proyecto Frankenstein”, y en este Mendoza nos dice:
“Ahora, es claro que a nosotros no nos interesa matricularnos en las fuerzas centrípetas (las que van hacia el centro), sino cómo reforzar las fuerzas centrífugas (las que van hacia el borde) para posicionarlas, para generar bloques de resistencia que nos garanticen eficiencia y lucidez. Es una estrategia militar para impedir una derrota aplastante.

Desde esta perspectiva, la imagen es la siguiente: por separado estamos rotos, amputados, deprimidos, angustiados, estresados, alcoholizados, enajenados. Nos han obligado a estar con muletas, en sillas de ruedas, lisiados, disminuidos. Aun así, no hemos perdido del todo nuestra alegría y nuestra vitalidad y es gracias a ellas que podemos aunarnos, buscarnos por los márgenes, crear redes de contagio, tejer telarañas y planear formas de resistencia en donde lo minoritario sigue siendo minoritario pero con la conciencia de que es mayoría.”
Esta es un ligero análisis de lo que podría llegar a considerarse la mente de la verdadera Latinoamérica, la del submundo, donde dentro de un mundo de desarrollo, no dejamos de lado nuestra esencia artística, la que nos hace ser lo que somos.

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